Mi primo Santiago usaba su único par de calzados maltratados por los azotes implacables del concreto, un tiempo imparcial, el chapapote, la fricción de las escaleras métalicas de una Leyland o una pegaso con carrocería emsablada en un taller de la Isla, no le favorecía el ambiente de humedad, los charcos después de un torrencial.… Continue reading Zapateando la Habana