Lo que antes era considerado immoral y depravado, hoy las chusma le rinde culto fanático y pleitesia.
La degradación del ser humano y el desdén por la moral, la cultura, la virtud la verdad y la libertad individual, están destruyendo la civilización y el planeta, y este mal, se propaga como una plaga mortiféra e irreversible; y a pasos muy agigantados.
Solo Dios nos puede salvar en esta encrucijada, que parece un callejón sin salida.
Si seguimos como vamos; en un futuro no muy distante, terminaremos como los crateres de la superficie Selenita, el inhospitalario planeta Venusiano o el desierto planeta Rojizo, que tanto soñamos los amantes de la ciencia ficción.
Nunca me imagine las postrimerias del Siglo XX y las dos primeras décadas del Siglo XXI plagado de tanto obscurantismo e incivilización.
© All rights reserved Rigo Muniz