Recuerdos de La Atlantida del Caribe

yo

Casa abandonada

Algún día después de la Hecatombe ¿Volverán las palomas mensajeras a posarse en las cornizas quebradizas del olvido?
O ya para eso tiempo. Solo existira un campo polvoriento y fangoso en tiempo de temporal, y donde se esconden entre romerillos bichos raros e infernales que lo invaden todo.

Y por las noches se animan las hembras hambrientas de aedes aegipty, sedientas de sangre a saciar su hambre. Vampiras de los mamiferos.
Y por doquier enredaderas hisurtas se entrelazan con pasión.
Solo se escucha el silvido del viento grave, furioso abriendose paso entre marabus y maleza; entre pedazos de cantos y feos arbustos alucinantes, por el resplandor de la luna llena, mientras ajenas a ese ajetreo; las lagartijas enamoradas hacen el amor embriagadas en esa voragine de una selva fenomenal.
Y en el silencio total de un paisaje agreste, hay una fauna alienigina de iguanas y otros bichos raros que dejaron los extranjeros tiempo atras y mezclado con una amalgama de los elementos hostiles de ruinas por doquier; de lo que fue una ciudad esplendorosa.
En lo obscuro de la noche el canto de los grillos se enaltece, con una música aglutinante de chirridos y sus primos los cocuyos iluminan con lucecitas de un verde resplandeciente.
Y a veces se oye el espectro del ruido aterrador de una pareja profiriendo gritos y gemidos; déspues que profanaron un hormiguero de los tantos que abundan en ese suelo.

Las hormigas bravas furiosas le clavaron sus aguijones venenosos a la pareja, dejandole pústulas grotescas, aterradoras; que arden como fuego abrasador y que acortaron sus chillidos de placer trocandolos en dolor desgarrador.
Ya no hay más que hacer, quedamos como cimarrones en tribus nomadas, recordando con nostalgia los cuentos de nuestros bisabuelos de colas interminables y de griteria.

Ya no hay algarabia, sino fantasmas del pasado. Y dicen las leyendas que existió. una ciudad elegante del reino de lo maravilloso.

Y que en esas ruinas de cantos, ladrillos. Se descubren pedacitos de vidrios a colores. Como prueba fehaciente de una civilización ya desaparecida.Y ya es una leyenda la segunda Atlantida de el Caribe.

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